Karly Hartzman ha encontrado en Wednesday la formación perfecta con la que dar salida a sus historias plagadas de observaciones trascendentales sobre los cambios producidos en su vida, empleando para ello una vía de guitarras noise donde el poso de todo lo que nos dejó la oleada grunge también juega su papel importante. Para ello tuvo que mudarse de su Greensboro (Carolina del Norte) natal a Asheville, ciudad donde asistió a la universidad y forjó de forma definitiva su identidad musical. Tras pasar por la banda de pop punk Diva Sweetly, descubrió que quería ir más allá en todo lo relativo a encontrar momentos ruidosos que realmente supusieran aliviadores en sus temas, dando de este modo el salto en solitario para escribir sus primeras canciones. Este fue el punto de partida de Wednesday, donde logró involucrar a unos cuantos amigos del campus y grabar yep definitely, el que sería a la postre el primer LP del grupo. En él no dudó en comenzar a desgranar todos aquellos elementos que son inherentes a su propuesta, tales como muros de sonido rugosos, melodías dulces pero de trasfondo crudo y una cierta inspiración en ese cruce de rock noventero y momentos folkies que Kate Crutchfield ha sabido desarrollar tan bien a lo largo de estos últimos años.
Desde que en 2018 comenzase la andadura del grupo, podemos afirmar que Karly se ha mantenido de lo más activa componiendo canciones, ya que en cuestión de meses se sacó de la manga varios EPs con los que reafirmar lo claras que tenía sus ideas en todo aquello de bucear entre contrastes calmados y turbulentos. Así fue como en marzo del 2019 nos entregó Winter Ache, un EP donde recogía todo lo que le había ocurrido en los meses más recientes de su vida, alternando de este modo sonidos ambiente como guitarras casi desenchufadas. Momentos de introspección bastante alta que poco a poco se fueron quebrando con el que sería su EP homónimo, un disco donde contó con Daniel Gorham, Margo Schultz, Alan Miller y Xandy Chelmis para dotar a sus composiciones de una energía extra. Sentando las bases de lo que serían sus dos siguientes LPs en el futuro, estas cuatro canciones contenían un gran descaro y una expresión más desinhibida de todos sus malestares.
Sin embargo, la culminación del camino emprendido a través de un juego de guitarras robusto y con ese perfecto nerviosismo que suele caracterizar a las canciones donde tratan de disolverse cualquier nudo en la garganta llegó con I Was Trying to Describe You to Someone, su segundo LP editado en febrero del 2020. Dejándonos ante un trabajo impecable con el que plantearse el futuro y todas las dudas que se ciernen cuando cruzas la línea que delimita la toma de decisiones importantes en tu vida, estos temas poseían la capacidad de moverse en tempos lentos pero con esa sensación de dejar fluir todos los pensamientos que hacen que tu cabeza pueda ir a cien por hora. Sin ir más lejos ‘Billboard’ ejemplifica muy bien esas atmósferas crispadas casi slowcore, logrando momentos de lo más punzantes donde el individuo se sitúa contra la espada y la pared. Al mismo tiempo, tampoco dejó pasar la posibilidad de mostrar esa bonita combinación entre melodías ligeras que logran generar poco a poco tensión y descargarla parcialmente. Tan solo basta con escuchar ‘Maura’ para darse cuenta.
Llegando ya al 2021, el año se inició para Karly compartiendo un trabajo junto al artista de Asheville MJ Lenderman. Bajo el título de Guttering nos encontramos ante un espectro de temas que miraban más hacia una dirección propia de la canción americana más árida y oscura. A pesar de este giro mostrado en este disco, lo siguiente de Wednesday llegaría muy en línea con su primer LP, ya que este mismo verano Twin Plagues emergería como la culminación hasta la fecha de todas las cosas por las que amamos la música de la artista. En este segundo LP editado por Orindal se concede mayor espacio para recoger todas las situaciones provocadas por el tedio moderno, no sin dar la espalda a una forma de ir liberando la mochila de traumas acumulados desde su niñez. El resultado de todo ello es un disco con el que apretar los dientes, cerrar puertas que parece que en la vida se podrían cerrar y apostar de una forma más decidida por el efecto revitalizante que puede tener todo lo que sugiere el grunge de melodías más pronunciadas. Así es como abraza una nueva intensidad en sus temas, sintiendo como el abatimiento es transformado en espíritu combativo y así dejarnos ante un disco difícil de olvidar.
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