Varanda surge desde Juiz de Fora como un proyecto que se ha formado sobre el trabajo compartido y la búsqueda de una identidad propia. Formado por Amélia do Carmo, Mario Lorenzi, Augusto Vargas y Bernardo Merhy, el grupo no parte de una escena consolidada ni de un entorno que facilite atajos. Desde los primeros ensayos hasta la llegada al estudio, lo que construyen es el resultado de un proceso gradual, sostenido por la mezcla de referencias y aportes personales. Con ‘Beirada’, su primer álbum, presentan no un resumen de lo anterior, sino una muestra del camino que han decidido trazar juntos.
No se trata de un disco diseñado para demostrar versatilidad, aunque la variedad de registros esté ahí. ‘Beirada’ es el resultado de sesiones intensas en las que el grupo se encierra a experimentar, a depurar ideas, a dejar que las piezas se vayan ajustando entre sí. El productor Paulo Emmery termina de dar forma al material, moviéndose entre Juiz de Fora y Río de Janeiro para cerrar un trabajo que apuesta por una textura colectiva, más que por lucimientos individuales.
‘P.Q.P.Q’ abre el recorrido, dejando claro el uso de capas de guitarra que crecen y se repliegan sobre versos como “Na sua pose ignorante / Fotografa o seu fracasso e só”. El enfoque se sostiene en ‘Barcos no Mar’, que construye su fuerza de forma paulatina, reservando el estallido para el cierre. ‘Cama de Vento’ presenta un juego entre las voces de Vargas y do Carmo que mantiene una tensión constante hasta resolverse en el tramo final.
El disco introduce giros que no rompen la coherencia interna. ‘Vida Pacata’ se apoya en guitarras ligeras y líneas que cruzan relaciones con imágenes deportivas, mientras ‘Cê Mexe Comigo’ suma la voz de Manu Julian, ampliando el espectro sonoro hacia un espacio donde las guitarras cargadas de efectos sostienen un ritmo más accesible. La intensidad se eleva con ‘Desce Já’, donde la participación de Dinho Almeida añade un registro agudo que empuja la pieza a un terreno de mayor presión sonora.
El álbum alterna momentos de contención y de vértigo. ‘Bahia e Aviões’ abre una pausa, una especie de respiro que contrasta con la energía directa de ‘Tempo’ y ‘Topo dos Prédios’, donde las guitarras, las baterías y las voces construyen un torbellino controlado. En ese tramo, la secuencia se vuelve especialmente compacta, incluso en ‘Relâmpagos’, que queda algo opacada por el impacto de la pieza previa. El cierre llega con ‘Não Tem Hora’, una resolución que retoma la calma sin desconectarse de la tensión acumulada.
El trabajo instrumental de ‘Beirada’ evita el exceso, incluso en los momentos más cargados. Las guitarras cumplen un papel protagónico sin imponerse de forma arbitraria, mientras el bajo y la batería mantienen una base que permite que cada canción evolucione sin perder estabilidad. Las voces, lejos de buscar protagonismo, se integran al conjunto, añadiendo una dimensión que refuerza la textura general del disco.
En las letras, el grupo elige imágenes cotidianas, evitando construir declaraciones grandilocuentes. El foco se mantiene en lo cercano, en detalles que pueden parecer menores, pero que al ser articulados con precisión adquieren peso propio. La voz de Amélia do Carmo, con su capacidad para sostenerse en el filo entre la fragilidad y la firmeza, contribuye a esa sensación de tensión contenida que recorre varias de las piezas.
La dimensión visual de ‘Beirada’, diseñada por la propia Amélia, complementa la propuesta musical. Las imágenes trabajadas en cianotipia, que combinan elementos paisajísticos y trazos contemporáneos, no operan como mero decorado, sino como una extensión visual del mismo proceso creativo que atraviesa el disco.
‘Beirada’ no se presenta como un trabajo que busque alinearse con tendencias ni responder a exigencias externas. Lo que Varanda propone aquí es un recorrido propio, donde las once canciones funcionan como estaciones de un trayecto que no está diseñado para cerrarse. El álbum marca un punto en la trayectoria del grupo, no como cierre, sino como afirmación de una ruta que se sostiene precisamente en su capacidad de mantenerse abierta.