Palomino Blond no nace de un único momento ni de una fórmula planeada. Su trayectoria se compone de cambios de alineación, ensayos en garajes, shows en espacios improvisados y una mezcla de intereses musicales que se han ido tejiendo con los años. En sus dos discos, ‘ontheinside’ (2021) y ‘You Feel It Too’ (2024), este trío de Miami no busca encajar en categorías, sino avanzar sumando capas, probando nuevas estructuras y empujando los límites de su sonido. Las guitarras, las percusiones y las voces atraviesan estos dos trabajos como piezas en constante ajuste, dejando claro que lo que ofrecen no es una declaración definitiva, sino un proceso abierto.
El primer trabajo, ‘ontheinside’, presentaba una formación que aún contenía las marcas de una etapa anterior, donde las texturas shoegaze se unían a voces que flotaban sobre instrumentales cargados de reverb. Las canciones como ‘Magnolia’ y ‘Lovely’ no jugaban a la sorpresa, pero sí a la acumulación de capas, con momentos en los que las guitarras parecían hincharse hasta cubrirlo todo. La producción del disco dejaba entrever que allí había tanto decisiones de estudio como limitaciones materiales, y eso se sentía no como defecto, sino como una marca de lo que la banda podía hacer con lo que tenía en ese momento.
En contraste, ‘You Feel It Too’ llega como un espacio abierto por completo. Aquí Palomino Blond ya son Acosta, Arevalo y Allen, funcionando como una unidad donde cada elemento cuenta. El álbum arranca con ‘Understand’, dejando claro que lo que está en juego no es solo volumen ni distorsión, sino un manejo del contraste: “I need you to understand, I need you, I need you”, canta Acosta mientras la instrumentación sube y baja en oleadas. ‘Left’ empuja aún más fuerte desde el inicio, fusionando una percusión que parece cortada a cuchillo con guitarras que nunca terminan de ceder.
La diferencia principal entre ambos discos radica en cómo se articulan los detalles. Donde ‘ontheinside’ encontraba zonas de confort en el reverb y el muro de sonido, ‘You Feel It Too’ va incorporando elementos electrónicos, voces entrecortadas, grabaciones caseras y quiebres rítmicos que abren grietas en la superficie. ‘Machine’ es prueba de ello, al recoger una energía casi frenética que se filtra por cada instrumento, mientras ‘It Kills Me’ deja que los samples y las baterías programadas convivan con guitarras saturadas.
Las letras, en ambos discos, sostienen un mismo hilo: relaciones tensas, momentos congelados, la percepción constante de algo que no encaja. En ‘Secrets’, último corte de ‘You Feel It Too’, esa sensación se condensa en un cierre que no clausura nada, sino que apenas deja eco. Mientras que en ‘ontheinside’ las canciones parecían pensadas para un desarrollo lineal, aquí cada tema funciona como un campo de fuerza propio, donde las influencias no se ocultan, pero tampoco se imitan.
A nivel instrumental, se percibe un crecimiento claro. El trío aprovecha cada recurso con precisión: ya sea en el uso de la voz como instrumento más que como simple transmisor de letras, en las guitarras que no solo rellenan, sino que arañan y raspan, o en las baterías que dibujan tanto como golpean. Las canciones no buscan un efecto atmosférico fácil, sino que juegan con la alternancia entre saturación y vacío.
Palomino Blond, a lo largo de sus dos discos, no han entregado un relato cerrado. Han construido, más bien, un archivo de momentos en tensión: entre ellos mismos, entre sus instrumentos, entre las escenas de las que provienen y las que todavía están delineando. El resultado no es una síntesis, sino una colección de fuerzas que empujan en distintas direcciones, dejando al oyente en medio de un cruce que se sostiene justamente por su inestabilidad.