Conociendo a

Nervous Dater



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Nervous Dater son una de las bandas neoyorkinas que mejor han sabido interpretar el pop más rugiente y de raíz emo en estos últimos años, evidenciando en todo momento como también son capaces de ir logrando unas características bien marcadas en su música. Encontrándonos ahora mismo con Rachel Lightner, Andrew Goetz, Kevin Cunningham, Nick McGowan-Filippi, Zach Fischer y Lorenzo Wolff como integrantes de la formación, su trayectoria no puede resultar más entusiasmaste si tenemos en cuenta la forma en la que plasman episodios cargados de infortunios propios de una postadolescencia que resulta más cruel de lo que en principio podríamos pensar. Lo mejor de todo es que en sus canciones siempre se observa un afán por vencer las circunstancias más adversas, encontrando en las melodías hipervitaminadas su mejor aliado. Sin ir más lejos, sus primeras composiciones encerradas en su EP homónimo debut, publicado en el 2015 abrían la puerta a esas historias vividas al límite donde la ciudad parece que cambia a cada instante y nos presenta auténticos desafíos delante de nuestros ojos.

Continuando a través de la buena retahíla de singles que nos encontramos en sus inicios, no podemos pasar por alto algunas de sus piezas con las que lograron aumentar su poder de convocatoria. Este es el caso de una ‘Scabs’ que supuso un auténtico vendaval de guitarras ejecutadas desde la euforia que producen los momentos en los que sentimos que superamos las rupturas sentimentales, del mismo modo que en el EP  A Hundred Beers sacaban a relucir el poder de encontrar apoyo en los amigos o la necesidad de tomar las riendas de su vida. Saltando de momentos de rock más pesado y ejecutado a ralentí, a otros donde liberar buenas dosis de un punk pop entregado a plasmar anécdotas que definen nuestras vidas, en 2017 llegó su fabuloso LP debut  Don't Be a Stranger. En él facturaron canciones capaces siempre de esprintar y sin lugar a dudas suponían auténticas joyas con las que bucear ante la incertidumbre de unos tiempos ya de por sí convulsos. Así es como resulta envidiable esa forma de condensar situaciones liberadoras en poco más de tres minutos como ocurre en ‘Run Home’.

Sin parar de ofrecer conciertos, los cuatro años que siguieron a la publicación de este debut estuvieron marcados por nuevos singles donde acentuar un componente más fuzz en su música, al mismo tiempo de no tratar de perder todo el dinamismo melódico que atesoran. De esta etapa proceden composiciones como ‘Middle Child’ o ‘Tin Foil Hat’, logrando singles de lo más rotundos donde reforzar el componente rítmico y abrirse paso a través de una mayor contundencia. Estos temas acabaron desembocando en el que sería su segundo LP Call In The Mess, un trabajo donde evidenciaban como para nada habían perdido esa pasión por arrojar luz sobre los sucesos más desconcertantes de su vida y plasmarlos de una forma totalmente jovial. De ahí que temas como ‘The Dirt’ nos muestren esa forma de estar siempre a la expectativa de todo lo que nos podemos encontrar en cualquier momento de nuestras vidas.

Tratando de escribir casi siempre sobre las cosas que me gustan.

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