Conociendo a

Laurie Shaw



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La península de Wirral en Inglaterra nos ha ido dejando a lo largo de estos últimos años bandas más que destacadas. A nombres como Bill Ryder-Jones o By the Sea, ahora tenemos que unirle el del joven Laurie Shaw quién con tan solo 21 años ha publicado cerca de 50 referencias, algo realmente impresionante. Establecido actualmente en Cork, el músico nos ha ido mostrando su faceta camaleónica que pasa desde el pop más inquietante de Jeremy Jay hasta el espíritu crooner de Richard Hawley. Lurie es una caja de sorpresas y un talento incansable que ha publicado su última referencia Yellow Rays bajo el sello irlandés Little L Records. De sus composiciones podemos decir que siempre se construyen a partir de una melodía cabizbaja que acaba sacando a relucir esas divagaciones propias del mismísimo Adam Green.

El pasado 2015 seguramente haya sido el año más importante en la trayectoria de Laurie, pudiendo contabilizar tan solo en su bandcamp hasta un total de 2 EPs, 4 LPs e incluso un recopilatorio de sus mejores temas publicados en dicho año. Sin embargo, su producción no solo se limita a lo que nos encontramos en bandcamp, sino que la cifra crece exponencialmente sin tener datos exactos. Un bagaje espectacular en el que podíamos decir que todo son luces a juzgar por los buenos cambios de dirección con los que nos sorprende el músico. La primera referencia que nos encontramos de esta tan prolífica temporada llega con Crocodile EP, cuatro temas que no van a ser de lo más representativa de su repertorio pero que nos muestra lo bien que se le da adentrarse entre las guitarras de corte fuzz. En este trabajo nos encontramos también la magnífica ‘You're A Buffet For My Mood, Babe’ rompiendo con la tónica del resto de temas e introduciéndonos en el filtro del bedroom pop.

Llegando al primer LP publicado en este año, nos encontramos con Moonshudders y sus 13 temas en los que nos encontramos con un pop juguetón y plácido en el que la inclusión de teclados psicodélicos como es el caso de ‘Term 2 Essay 2’ engrandece aún más la propuesta. A juzgar por el gran volumen de producción del músico podríamos decir que las canciones le salen como churros, sin embargo todas ellas conservan algún motivo destacado que hace que no pasen desapercibidas. Este es el caso de ‘Good Film’ y esa melodía de piano perfecta que le hubiese encantado facturar al mismísimo Daniel Johnston. Continuando con este repaso y situándonos ya en julio, aparece Working Nights. En esta entrega nos encontramos canciones de sonido más sucio y mucho más atormentadas haciendo gala del título del trabajo. Buscando la revolución y el caos en temas como ‘O Ayer Yeah’ que viajan hacia el synth punk, Laurie muestra canciones repletas de desasosiego pero muy bien sostenidas por el ambiente nocturno en el que todas se mueven.

Con un año tan cargado de lanzamientos, Laurie se permitió recoger sus mejores composiciones en un recopilatorio de 16 temas en los que nos encontramos auténticas maravillas como ‘1994’ o ‘Slow Town’. Continuando con los LPs, nos encontramos con My Girlfriend The Klansman, seguramente el trabajo más experimental y más arraigado al Lo-Fi. Y es que lo curioso de Laurie es que sus composiciones están asociadas al DIY, siendo el músico el único que interpreta y graba sus temas, sin embargo la calidad del sonido asociado, salvo en este mencionado trabajo, es admirable. Llegando a la última referencia del 2015, Songs To Shed Your Skin To se muestra como uno sus trabajos más disfrutables. En él nos vamos a encontrar guitarras muy Pavement y canciones que parten de una inusual crudeza. Como si observásemos el nacimiento de una banda estrella en los 90, Laurie gira hacia los temas descarnados, propios de domingos grises. Sin embargo la gran esencia melódica demostrada sigue muy presente a través de grandes temas como ‘Pylons’ o la inicial ‘Lion & Eagle’.

Situándonos ya en el reciente 2016, el británico recibió el año con Different Boots In Various Styles y una mayor influencia de la Velvet. Sin embargo la esencia pop regresa de lleno con canciones tan redondas como ‘Love Fuck’ o ‘After School’. Los arreglos a base de guitarras de tono mate resulta todo un acierto para lograr uno de sus trabajos más sólidos hasta la fecha. Ahora sí, llegando a la última referencia hasta la fecha del británico, Yellow Rays aparece como un EP mucho más oscuro que anteriores entregas, haciendo que aparezcan en nuestra cabeza referencias como Nick Drake. El presumible inicio de una nueva etapa marcada por aires de crooner y una mayor profundidad. Ahora solo queda esperar que el 2016 sea igual de prolífico para el músico.

Tratando de escribir casi siempre sobre las cosas que me gustan.

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