Los hermanos Nick y Shane Sullivan se encuentran unidos más allá que por los lazos de sangre, siendo los responsables de dar vida a la formación Joyer, además de compartir gustos musicales y cinéfilos. De su pasión por bandas como The Microphones o Alex G surgió el grupo, encontrando al mismo tiempo inspiración en todas esas escenas que suceden cargadas de tensión y a cámara lenta en las películas de Andrei Tarkovsky. Así es como lograron poco a poco componer sus primeros temas, evidenciando como su música siempre posee un poso de lo más contemplativo destinado a unir las mil y una piezas de un puzzle emocional que de antemano se antoja un tanto complicado. Con esta difícil tarea, bien secundados por su pasión relacionada con los sonidos slowcore más dinámicos, se pusieron manos a la obra en aquello de describir entornos cotidianos y así surgió su primer LP homónimo editado en 2017. A lo largo de esta primera referencia nos encontramos ante unos cortes comedidos, donde las progresiones de los punteos de guitarra invitan hacia esa forma en la que tan solo nos queremos replegar en nosotros mismos cuando la semana llega a su fin. Recogiendo tanto la herencia melódica de la primera etapa Lo-Fi de bandas como Hovvdy, el grupo supo como dotar a sus temas de efectos más que reconfortantes.
Evidenciando como la máquina estaba más que bien engrasada, dos años después editaron su segundo LP Peeled, apostando en esta ocasión por unos medios tiempos más aferrados al calor de ese emo rock que nunca logra eclosionar por completo, sino que guarda ciertos pensamientos interiores que nunca serán desvelados. Dando un mayor salto de calidad en todo lo que se refiere a producción y grabación, el grupo poco a poco comenzó a quitarse de encima la timidez y el cierto halo de gran introspección que caracterizó su debut, apareciendo de este modo composiciones como ‘Sleep’ donde encontraban un reprís mucho mayor. Como si se tratase de no dejarse caer en la inercia que marcan los días más grises, el dúo en esta ocasión no apelaba al poder de encontrar la solución dentro de sí mismos, sino que se observa una forma más decidida por poner en común recuerdos un tanto hirientes que causan estragos en todo lo afectivo. De este modo composiciones como ‘Don’t Argue’ marcan el camino hacia la nueva coraza más quebradiza del grupo.
Haciéndonos ver su facilidad para lograr canciones donde siempre priman los sonidos de fondo densos, pero una ligereza melódica envidiable, en la primavera pasada se aliaron junto a Aunt Aunt y Poor You para lograr un split conjunto, donde cada banda aportó dos temas. Por la parte que les correspondía, decidieron que lo mejor era tirar de su vertiente más a ralentí en ‘Juniper’, mientras que en ‘In Time’ dan forma a todo lo que estaría por llegar no mucho tiempo después. Quizás este tema sirvió como perfecto preludio de Sun Into Flies, su tercer LP donde definitivamente suenan mucho más afilados y con esa sensación de querer alcanzar incluso una mayor profundidad sentimental en su música. Todo esto se puede observar en canciones como una ‘East Kill’ donde tratan de ir borrando todos los nubarrones a su paso a base de un nuevo músculo guitarrero. Tampoco podemos pasar por alto otros momentos donde explotan al máximo el formato dúo, logrando un combo más explosivo que de costumbre en todo aquello de guiar sonidos más en espiral, tal y como sucede en ‘Blistered’.
Llegando ahora hasta nuestros días, la banda acaba de publicar Perfect Gray, disco que seguramente marque la cumbre de su carrera hasta la fecha. Sintiéndose más liberados que nunca en aquello de lograr que el apartado vocal no resulte tan tímido y contando con un mayor abanico de colaboradores como Bradford Krieger o Jake Miller, Joyer se lanzan de lleno a por esa forma de no esperar a ver que es lo que sucede en la calle mirando detrás de la ventana, sino más bien ser conscientes de como hay que pasar a la acción e intentar alejarse del borde del precipicio. Encontrándonos ante unas letras marcadas por escenarios marchitos, donde el color grisáceo de la decadente industria de Nueva Jersey otorga el estado de ánimo y título perfecto al disco, Joyer se mueven como peces en el agua en todo aquello que implica coquetear con el desastre. Solo así es posible que estas canciones suenen totalmente convincentes y aferradas a esa forma en la que es preciso comprender como las amenazas habitan tanto en nuestro interior como en el exterior, más aún en los tiempos que corren de caos inapelable.

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