Conociendo a

Fake Fruit



Por -

Fake Fruit son un cuarteto establecido en Bay Area, integrado por Hannah D’Amato, Alex Post, Miles MacDiarmid y Martin Miller. Publicando su LP debut homónimo el año pasado a través de Rocks in Your Head Records, nos hicieron ver lo claras que tienen las ideas para moverse en unas canciones de melodías angulosas, ritmos con cierta querencia por el post punk y sobre todo mucha actitud para que las historias encerradas en sus temas golpeen con fuerza. A pesar de que este debut llegó tan solo hace unos meses, la historia del grupo se remonta hacia mucho atrás en el tiempo, siendo en 2013 cuando Hannah D’Amato comenzó a componer sus primeras canciones sin saber que aquello sería el germen de algo mucho mayor. Tratando de escapar de la asfixiante escena del sur de California, donde el rock psicodélico lo impregnaba todo, fijó su residencia en Nueva York, encontrando en un sótano de Brooklyn el espacio perfecto para componer sus temas.

Otro punto importante de aquellos años llegó en el momento en el que Hannah realizó una prueba para entrar al Berklee School of Music de Boston, ya que en mitad de la audición el típico hombre insufrible del jurado bajar el volumen de su amplificador, algo que provocó que se decantase por abandonar la idea de entrar en esta institución y centrarse definitivamente en formar una banda. Así es como emprendió una dura etapa de su vida compaginando trabajos de niñera y centrando todas sus energías en componer las mejores canciones posibles para poder evolucionar como artista. Inicialmente concibiendo el proyecto en solitario, pronto conoció a Alex Post, un chaval que se encargaba de construir guitarras a la par de venerar a Arthur Russel. Más tarde llegaría el momento de que Miles se incorporase como batería, todo ello gracias a las buenas referencias que tenía Hannah sobre él y así decidirse por abordarlo en una fiesta hablándole de la propuesta que se tenía entre manos.

Con el núcleo de la banda construido, solo quedaba que transcurriese el tiempo necesario para moldear a su debida forma las canciones que estarían encerradas en su homónimo LP debut. Así es como la referencia vio la luz en marzo del año pasado, estando ante un estupendo trabajo de melodías serpenteantes, riffs de guitarras firmes y la voz de Hannah desgañitándose por momentos con el objetivo de dejar claro como el ser comunicativo es lo más importante del mundo. Moviéndose a través de impulsos nerviosos en composiciones como ‘Old Skin’, la banda se marca su particular hoja de ruta a la hora de demostrar como el cambio casi siempre es positivo, del mismo modo que tratan de dejar claras como ciertas conductas en la sociedad no pueden tener cabida.

A través de un interesante juego en todo lo referido a lograr melodías pegajosas y a ralentí como las de ‘Don’t Put It On Me’, junto con dejarse guiar por aquellos atisbos de atmósferas propiamente más grunge, Fake Fruit nos hacen ver como son una banda de lo más versátil pero con un poder estilístico bastante unificador. Del mismo modo, llama la atención lo bien que saben moverse en la sobriedad de clásica banda rock, pero siempre poder esprintar hacia un apartado de mayor estruendo con el que enfatizar sus ideas relacionadas con nunca rendirse a las primeras de cambio.  Cerrando hasta el momento este bonito episodio de canciones de rabia bajo control, no podemos pasar su más reciente single ‘I Am the Car’, una pieza donde brillante en todo lo relacionado con afrontar de forma decidida todos los altibajos que ocasiones el poder emocional de los recuerdos.

Tratando de escribir casi siempre sobre las cosas que me gustan.

Deja una respuesta