El vídeo musical 'Parasite de Melody English puede ser comparado con una compleja sinfonía que mezcla armoniosamente varios elementos para crear una experiencia emocional poderosa. Con su formación musical clásica, English establece el tono perfecto para las conmovedoras letras que exploran la familiaridad de las relaciones tóxicas. El vídeo en sí mismo sirve como metáfora visual para los temas de la canción, con English asumiendo el papel de una voyeur que explora su pasado y presente incierto. Ella se mueve con gracia entre los músicos como una araña, asomándose desde detrás de las cuerdas de un arpa como una conspiradora. En el clímax del vídeo, se produce un triunfante crescendo mientras English abandona la iglesia y se convierte en su propia directora de orquesta, bailando alegremente a través de un estroboscopio de colores. El efecto general es reminiscente de una tormenta en baja fidelidad, con la música y las imágenes trabajando en conjunto para crear una experiencia inolvidable y poderosa.