El reciente lanzamiento de Bruiser and Bicycle, Holy Red Wagon, es una obra que invita a perderse en un mundo lleno de sorpresas. A lo largo de nueve pistas, la banda de Albany, Nueva York, ha conseguido unir influencias del freak-folk con artpop progresivo, creando una experiencia auditiva llena de contrastes y sorpresas. Las canciones de Holy Red Wagon son una muestra del talento exploratorio de la banda, cuyos escritos grandiosos, pasajes de llamada y respuesta y confrontaciones con lo desconocido, son capaces de generar un impacto profundo en el oyente.

El primer sencillo del álbum, '1000 Engines', es una explosión frenética que combina diferentes géneros, creando un sonido que se mueve entre el jangle rock y el pop experimental. El segundo sencillo, 'Superdealer', es una canción más corta pero igual de cótica que incluye elementos de psicodelia en sus sintetizadores y atmósferas. Si bien la aparente locura que se desprende de Holy Red Wagon puede ser la característica más destacada, son las constantes combinaciones de estilos y sonidos las que le dan vida y alma. De hecho, cada vez que se escucha el álbum se descubre una nueva capa de orden y cohesión, como si la aparente locura fuera un enmascaramiento para una obra más estructurada y compleja.