El joven músico británico está de regreso con Madhouse, su tercera referencia después de la publicación de los LPs Bad Contestant y Krystal en el 2018 y 2019, respectivamente. Dejándose llevar por el espíritu de las canciones destinadas a los días lluviosos, el artista afincado en el sur de Londres nos propone en esta ocasión un nuevo recorrido por su día a día de la manera más apacible y sentimental posible. Desde un primer momento llama la atención la forma de acercarse a una producción clásica de pop sesentero de alma crooner, algo en lo que Jonathan Rado de Foxygen ha colaborado para lograrlo. Así es como poco a poco nos muestra el peso de los días encerrado en canciones como ‘hi’, trasladándonos de este modo a escenarios donde la calma suele ir asociada a la intimidad y una desconexión mental más necesaria que nunca en estos tiempos.

Adentrándonos en más temas del trabajo, resulta de lo más agradable poder encontrarnos con esos rayos de sol que calientan en el otoño más de lo que parece, emergiendo ‘queen bee’ a través del gancho de unas melodías que nos ponen la mente en unos Beach Boys que han cambiado las tardes haciendo surf por otras mucho más contemplativas al calor de un salón con una gran chimenea. Sin perder en ningún momento el tono esperanzado, resulta muy gratificante como Matt es capaz de plasmar en estas canciones todas esas situaciones en las que te das cuenta que identificar sentimientos no es una opción, decidiendo que lo mejor es que el destino tire los dados.