Biscuit están de regreso con nuevo LP de título homónimo, el sexto de una carrera marcada por la constancia en la búsqueda del estribillo vigoroso definitivo. Los de Vilanova y Geltrú han vuelvo a acumular energías para entregarnos un disco que funciona como pura dinamita desde el principio gracias a su combinación de rock setentero recrudecido y el gancho melódico propio del power pop. La maquinaria parece que ha permanecido bien engrasada a lo largo de estos años, acompañándoles del mismo modo, esa lucidez necesaria para que el empuje de sus canciones se convierta en el arma explosiva que es este nuevo disco. Desde los momentos iniciales del disco con 'Welcome to Dundersville', nos encontramos ese afán porque adquirir un tono descarado óptimo y dar rienda suelta a unas guitarras guiadas aceleradas pero contundentes. Scando a relucir su lado más lanzado a por un sonido épico propio de clásicos del rock en temas como 'Duke's Tale', Biscuit se mantienen firmes en la idea de que para conseguir un trabajo que llame la atención es necesario dejarlo todo en las sesiones de grabación. Sacando también a relucir la apisonadora psychobilly, temas como 'Agus Young' aportan un mayor espectro estilístico a la hora de la valoración global del trabajo. Biscuit se sienten bien y así nos lo hacen llegar en su nuevo trabajo.