La gira de Reflektor ya está llegando a su fin, pero Arcade Fire siguen con su idea de tocar una versión distinta en cada concierto, soliendo ser el tema escogido de algún grupo que represente a la ciudad en la que están actuando. Con sus tres actuaciones en el Barclays Arena de Brooklyn, Nueva York, los canadienses tenían una misión bastante complicada, puesto que la escena neoyorquina es una de las más extensas de la historia. Durante su primera actuación, versionaron 'Hot Hot Hot' de Buster Poindexter, mientras que para la segunda subieron a Marky Ramone a la batería para interpretar dos clásicos de los Ramones: 'I Don't Wanna Go Down To The Basement' y 'I Wanna Be Sedated'. También fue especial la tercera noche, puesto que versionaron a Suicide con ayuda de David Byrne, amigo y colaborador de la banda.
