A pocos días de empezar una temporada llena de festivales y conciertos, aprovechamos para conocer un poco más uno de los artistas electrónicos de nuestro país que triunfa más en el extranjero. Se trata del barcelonés Oriol Riverola, ¿quién? si hombre, John Talabot. Ahora sí. Personaje anónimo y desconocido que está pegando fuerte en los mejores locales y festivales de Europa dentro del panorama electrónico. Aunque a algún barcelonés le puede sonar el nombre de John Talabot desde hace años, ya que es así como se llama un colegio en Barcelona. Efectivamente, el colegio donde estudió Oriol.
Aprovechamos pues que tendremos repetidas oportunidades de ver y escuchar su directo, ya sea junto a The XX el 2 de Mayo en Barcelona, seguido de su aparición en el Festival SOS 4.8 y en la edición de este año del Primavera Sound. Tres oportunidades de escuchar los temas que conforman su álbum debut fIN y comprobar el porqué de su éxito.
Antes de la publicación de su primer álbum este pasado 2012, John Talabot ya llevaba unos pocos años repartiendo house bajo este seudónimo a modo de singles y saltando a la fama con temas como ‘Sunshine’ en el año 2010 y ofreciendo una gran actuación en la edición del Sónar de ese mismo año. Pero ha sido el recién álbum fIN, compuesto de 11 temas, el que ha consolidado la fama de este modesto productor. Talabot no tiene problema en mostrar su rostro, pero vemos que tampoco es fan de que sea su persona el símbolo de su música. De ahí este anonimato, el seudónimo, y el hecho de aparecer con el rostro artísticamente tapado en varias fotografías. ¿Muestra de modestia? Puede ser. Como también puede ser la idea de dejar que sea su música y sus trabajos los que hablen por él, dejar que sean sus temas los que se lleven el protagonismo que se merecen y no la persona que hay detrás.
Sea como sea, su fIn ha gustado, y mucho. Ha acertado en las co-producciones con Pional, en temas como ‘Destiny’ o ‘So will be now..’, que nos ofrecen distintas atmósferas a medida que avanzan los minutos, con sonidos más cálidos y suaves mediante el uso de una tímida percusión y los, sin falta, sintetizadores de John. A pesar de los prejuicios sobre los estilos musicales como el house o la electrónica, y la monotonía que puedan llevar consigo, los sonidos de nuestro productor autodidacta son todo lo contrario.
Cada tema es un mundo que te traslada a una atmósfera distinta mientras los escuchas tranquilo en tu habitación. Al mismo tiempo cada tema provoca el subidón y la euforia colectivo de los que lo escuchan en uno de sus directos. Música que no aburre, ni cansa, ni se repite, música atemporal de un artista que sin duda da, y dará que hablar.
