La artista sueca ha logrado seguramente uno de los trabajos más impactantes y al mismo tiempo equilibrados de su carrera, ofreciéndonos unas canciones donde no se corta ni un pelo a la hora de imprimir mayor espíritu de lucha y épica que de costumbre. Siendo hasta la fecha la reina por excelencia del euro dance contemporáneo, donde las cajas de ritmos y las modulaciones de baja fidelidad marcaban el camino, Molly nos ha ido dejando hasta la fecha un puñado de trabajos donde reflejar los contrastes más agudos existentes entre la cara más depresiva de la vida y aquella otra donde un mínimo evento favorable nos abre las puertas de la euforia. Pues bien, en esta ocasión podemos afirmar que se deja llevar por unos patrones temáticos similares, solo que apuesta más de lleno por no cesar en su empeño de hacernos saber que siempre hay algo mejor por mucho que sea el miedo que nos paralice. Sin ir más lejos, ‘Absolute Power’, la canción que abre el trabajo, y al mismo tiempo se erige como uno de sus mejores singles hasta la fecha, nos deja ante esa invitación a lanzarnos al vacío porque poco más queda ya por perder.
Más novedades destacadas llegan gracias a lo acertado que ha resultado introducir guitarras totalmente pesadas tanto en el mencionado tema inicial como en ‘They Will Pay’. Precisamente estas dos composiciones son las que poseen esa declaración de intenciones a la hora de ajustar cuentas pendientes, pudiendo buenamente canalizar los momentos de mayor ira para regalarnos unas piezas de punk a la vieja escuela con las que apuntar directamente hacia las estructuras jerárquicas más rígidas. A pesar de que este aspecto sea el que en un primer momento nos pueda llamar más la atención en la referencia, tampoco podemos pasar por alto todas aquellas canciones en las que Molly transita por territorios ya conocidos y se muestra totalmente cómoda. De esta forma nos llegan himnos habituales en su trayectoria como puede ser una ‘Earth Girls’, donde no defrauda en absoluto a la hora de lanzar algún mensaje más que alentador con el que encontrar la agitación que necesitamos en mitad de la noche.
Otros momentos destacados del trabajo llegan tirando de guitarras un tanto rutilantes que rompen con los momentos de emoción desbordante que tienen lugar en escenarios bastante favorables para realización personal, encontrándonos ante una ‘Sweet Smell of Success’ que cumple con su objetivo de ser la canción con la que darnos cuenta de cómo la vida tiene también un componente gratificante. A pesar de ello, Molly siempre sabe cómo regresar de buena forma a los terrenos de la melancolía que mejor encaja con la visión del presente, entregándonos una ‘Avoid Heaven’ que se erige como una de las baladas más lánguidas pero agradecidas del trabajo. Todo ello sirve para encarar una recta final del trabajo que resulta totalmente de relumbrón gracias a esa divagación por un tono pop más clásico presente en ‘Take Me to Your Leader’ y otro de los grandes hits del disco como es ‘Pompeii’. Precisamente en este último tema no oculta para nada sus ganas de entregarse a la noche y volver a construir recuerdos significantes a partir de precisamente entregarse al atractivo que tiene lo misterioso y desconocido.
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